Unas reflexiones al hilo de la sentencia del Estatut

Estamos obligados a opinar con prudencia hasta que no conozcamos el contenido íntegro. Pero sí podemos decir que el retraso del Tribunal a la hora de dictar esta sentencia no tiene excusas posibles. Ha deteriorado la imagen y dignidad de un pilar fundamental de nuestro estado de derecho de forma injustificable.

En la Sentencia, efectivamente el Tribunal Constitucional acepta que no toda la reforma del Estatut tiene encaje en la Constitución Española de 1978. En concreto declara inconstitucionales 14 artículos e interpreta más de una veintena.

El Tribunal Constitucional, declara que dentro de la Constitución actual sólo cabe una nación cuya unidad “indisoluble” es la base de todo el ordenamiento jurídico. (Podrían estar otros cuatro años discutiendo de ello, pero la Sentencia ha solemnizado lo obvio, más allá de que lo algunos quisieran que reconociera la Constitución)

El Alto Tribunal -si cumplía con su función interpretativa- no podía: instituir poderes ajenos a la estructura diseñada en el texto constitucional (poder judicial propio); reconocer derechos supraconstitucionales ajenos al control de constitucionalidad (derechos históricos); aceptar regulaciones sectoriales a las que no se les aplicara la norma general (lengua) o encubrir mutaciones constitucionales perpetradas a través de fraudulentas reformas estatutarias.

En clave política cabría añadir:

– Como alguien ha escrito, que: “El texto del Estatuto catalán no tenía convalidación posible desde el punto de vista Constitucional. O se derogaba la Constitución y prevalecía el Estatut o viceversa. Encajar el texto catalán en la horma constitucional era misión imposible” Por eso el retraso sigue resultando injustificable.

– La reforma del estatut también estuvo en Perpignan, bajo la inspiración del Presidente Zapatero, y su intento de buscar una solución política al problema vasco. Dos por uno. Conviene recordar la indefinición y posibilismo del presidente cuando afirmaba que, la nación era un concepto discutido y discutible. La reforma estuvo viciada de origen, pero algunos se quisieron aprovechar del “buenismo” de Zapatero para obtener réditos políticos inalcanzables hasta ese momento, a los que un Presidente indolente y irresponsable dio alas.

– Por eso Zapatero es el único responsable de generar unas expectativas políticas en el nacionalismo independentista catalán que él no podía satisfacer sin torcer la interpretación del Tribunal. Aquellos polvos traen ahora estos lodos

– Por otro lado, el retraso confirma la necesidad de recuperar cuanto antes la dignidad del más alto tribunal muy zarandeado por todos en este tiempo, con un nuevo sistema de elección que garantice mayor profesionalidad y más independencia de todos sus miembros.

– De lo peor de todo  este asunto, es que la sentencia no parece que vaya a servir para unir más a los españoles -más bien al contrario- en un momento en el que se nos exige un esfuerzo común, compartido y coordinado para salir de la mayor crisis de nuestra historia reciente. Obviamente tampoco sirve para crear más empleo.

– Lo cierto es que, en el ejercicio de su legítimo derecho a la autonomía, Cataluña optó en su día por un nuevo estatuto muy intervencionista, quizás demasiado, y esa deriva estatalista que impregna todo el texto es la que ha respetado básicamente el Tribunal. Y también los demás la debemos respetar, pero, dicho esto, este estatut no responde al espíritu vanguardista, liberal y moderno que siempre ha caracterizado a la sociedad catalana. Es una oportunidad perdida.


– Ahora el PSOE intenta minimizar los efectos políticos de la sentencia; el PP, que se sabe ganador a los puntos en este recurso, pretende pasar de perfil para no quebrar un futuro pacto de colaboración con CIU; CIU se unirá a la corte de insatisfechos para que el PSC no parezca más nacionalista que ellos; y los más radicales utilizarán (con coacción y presiones violentas incluidas) la sentencia para justificar su desafección con España y la necesidad de optar por la independencia en las próximas elecciones catalanas.

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