Un Almirante tudelano para el arte contemporáneo

Recientemente he tenido la oportunidad de visitar un par de veces la casa del Almirante en Tudela. La primera, para ver el resultado de la rehabilitación y restauración que ha sufrido el edificio. Se ha puesto en valor un magnifico contenedor de cultura para la capital de la Ribera. La segunda ocasión fue con motivo de la inauguración de la muestra de arte contemporáneo de la colección de artistas navarros del Parlamento de Navarra. Una muestra con una selección de 22 obras donde se exhiben 3 maravillosas obras de los tudelanos Juan Belzunegui, Carlos López y Belén Puyo y que se puede visitar hasta enero. Lo que pone de manifiesto que este contenedor cultural de Tudela cuenta y va a contar con un continente de calidad que ofrecer a toda la Ribera, a Navarra y a todos aquellos turistas que nos visiten.

Para esa puesta en valor, es justo recordar el importantísimo esfuerzo del Ayuntamiento de Tudela, del Parlamento de Navarra y del Gobierno de Navarra ya que el coste de la obra y del equipamiento ha rondado los 2´3 millones de euros. Ese apoyo institucional se ha visto implementado al dotar a la Fundación María Forcada, por parte del Gobierno, el Ayuntamiento y de otras entidades, de fondos para poner en marcha el programa “Panorama10” con el que la casa del Almirante de Tudela se da a conocer a la sociedad durante los meses de octubre, noviembre y diciembre.

No quiero desaprovechar estas líneas para invitaros a todos aquellos que estéis leyendo estas líneas para que os acerquéis a la casa del Almirante. Aprovechar a hacerlo durante estos meses a través de algunas de las iniciativas previstas por la Fundación María Forcada. Seguro que algunos vais a descubrir y otros a redescubrir este maravilloso palacio renacentista. Estoy seguro que coincidiréis luego conmigo en que supone un bello, maravilloso y paradójico contraste entre lo clásico y lo contemporáneo.

Como decimos en la Ribera, es de bien nacidos ser agradecidos. Gracias a María Forcada porque creyó y soñó con este edificio allá por el año 1976, cuando yo apenas contaba un año de vida, y porque no haya dejado de soñar. Mi agradecimiento a las instituciones y entidades que se han sumado en este sueño alcanzado y sobre todo a la Fundación María Forcada por su trabajo realizado y por el que le queda por hacer, que seguro estará lleno de éxitos.

Permitirme cerrar estas líneas con un juego de palabras para concluir denominando a este proyecto como el renacimiento de lo contemporáneo en Tudela. Renacimiento al que va a contribuir el tener un Almirante tudelano al servicio del arte contemporáneo.

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