(UPN/9.4.14) El diputado de UPN, Carlos Salvador, ha manifestado “la necesidad de trabajar “por la concordia, por la unidad y la recuperación del afecto” al tiempo que ha abogado por “trabajar por y junto a Cataluña”. “Ese apoyo lo tienen asegurado, porque nos necesitamos. Les necesitamos”, ha matizado durante su intervención esta tarde en el Congreso de durante el debate sobre la consulta soberanista.
“Llaman ustedes a las puertas de la ruptura legal e institucional, con prisas y urgencias históricas, jaleados por quienes hacen del conflicto su modus vivendi y lo hacen pertrechados de aparente legitimidad. Nos piden autorización para llevar a cabo un ilícito y es obvio que eso no lo podemos aprobar”, ha manifestado Salvador.
En este sentido, ha señalado que “algo hemos hecho muy mal para que una parte importante de los catalanes sienta que el resto de españoles no es que no les tengamos aprecio, si no que les robamos” y ha añadido que el problema ha adquirido tanta relevancia “que algunos catalanistas reconocen, en la intimidad, haber creado un monstruo que ahora no saben como dominar”.
El diputado de UPN ha manifestado que, ante esta situación, lo que se puede hacer es “combatir los excesos del nacionalismo, articular un gran acuerdo entre las fuerzas mayoritarias, explicar las bondades de permanecer juntos y denunciar la silenciada persecución de los disidentes”.
Enfrentar a las comunidades
Salvador ha explicado asimismo que, en España, durante más de 50 años “hay quienes quisieron, por medio del terror, enfrentar a unas comunidades contra otras. Quisieron hacer imposible la unidad e impedir que nos sintiéramos parte de un proyecto común cada uno con nuestra propia singularidad. Quisieron provocar odio, generar un conflicto donde no los había”.
“No lo consiguieron, porque los lazos que unen a los hombres y mujeres de esta nación son mucho más fuertes de lo que cualquiera de nosotros pueda pretender”, ha agregado.
Algunos, ha concluido el diputado regionalista, “pretenden convencernos de que somos comunidades opuestas, incompatibles, cuando la realidad lo desmiente. Porque lo normal entre nosotros es la convivencia y el afecto mutuo”.
