Comienzan las obras de ampliación de la primera fase del Canal de Navarra

(UPN/30.1.15) Las obras de ampliación de la zona regable de la primera fase del Canal de Navarra han arrancado esta semana con la colocación de la primera piedra en un acto celebrado en Falces. La actuación llevará agua del Canal a 15.275 hectáreas de las cuencas del Ega y el Arga.

Así, el agua del Canal regará Andosilla, Azagra, Berbinzana, Cárcar, Falces, Funes, Larraga, Lerín, Lodosa, Mendigorría, Miranda de Arga, Oteiza, Peralta, San Adrián y Sesma.

Un proyecto que permitirá aumentar la productividad de la tierra como consecuencia de la concentración parcelaria y la modernización del sistema de riego, así como garantizar el suministro de agua, tanto en cantidad como en calidad. Una infraestructura clave para el desarrollo de la Comunidad Foral.

Asimismo, durante la construcción y transformación de las parcelas (2014-2018), se estima que proporcionará empleo directo de manera simultánea a 500 personas en el periodo de máxima actividad de las obras.

La ampliación se ha dividido en veinte zonas regables, cuyos trabajos se iniciarán escalonadamente a lo largo de los próximos tres años, con la previsión de que las últimas hectáreas entren en riego en 2018.

Los regantes de esta zona se beneficiarán de las ventajas que se derivan de la concentración parcelaria, la modernización del sistema de riego y la reposición de agua de calidad, procedente de Itoiz.

En la actualidad, esta área comprende en sus dos terceras partes regadíos tradicionales con estructuras obsoletas o regadíos con elevados costes de operación y energéticos. Además, presenta problemas de agua en épocas de estiaje, especialmente en la obtenida del río Ega.

El proyecto contempla la transformación en regadío de 5.431 hectáreas de secano y la modernización de otras 6.005 hectáreas de regadío a manta, que se beneficiarán tanto de las ventajas que conlleva el riego a presión como de la garantía de suministro de agua en épocas de estiaje.

Además, se reducirán los costes energéticos de otras 3.839 hectáreas de regadíos, muy gravosos en la actualidad debido a que tienen que elevar el agua de riego a grandes alturas (cerca de 200 metros) a través de bombeos dependientes de la red eléctrica.

Con la modernización de las infraestructuras se estima un ahorro de agua de 26,7 hectómetros cúbicos al año, asociado al cambio de unos sistemas de riego a manta obsoletos y con grandes pérdidas, a sistemas de riego a presión (aspersión y goteo) de alta eficiencia que van a consumir unos 5.530 metros cúbicos por hectárea y año del Canal de Navarra.

Los caudales liberados en los ríos Arga y Ega gracias a la actuación ocasionarán un aumento de agua circulante en los ríos Ega, Arga y Aragón, que podrá ser utilizado no sólo para el cumplimiento de los criterios de la Directiva Marco del Agua, sino también para generar energía.

Aumento de la productividad

En 2013, el beneficio empresarial del total de las hectáreas útiles de la primera fase del Canal de Navarra fue seis veces mayor que el que era antes de la puesta en marcha de los regadíos (828 euros por hectárea frente a 138) y el empleo fue 2,6 veces mayor.

Además, también se ha producido una intensificación y diversificación de los cultivos. Durante 2013 se cultivaron en la zona 48 cultivos distintos. Las hortalizas (principalmente tomate, haba, maíz dulce, guisante y alubia), no habituales en la zona hasta la llegada de la transformación, ocuparon 3.292 hectáreas.

Por su parte, el porcentaje de dobles cosechas en toda la zona regable alcanzó un 8%, con regadíos que alcanzaron el 22 y hasta el 30% de dobles cosechas. Se han desarrollado en la zona hasta 51 dobles cosechas diferentes (haba-maíz grano, pasto-maíz, guisante-alubia, etc).

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